lunes, 1 de agosto de 2011

Carta Abierta a mi descaro y demás defectos.

...♪ Dime ke me odias, pero dímelo mirándome a los ojos ♪...


Buenas tardes…

Que parecen noches, que de buenas no tienen nada y tienen mucho.

Me escribo, porque es obvio que si no lo hago muero. Escogí este camino para existir, para ser libre en mi conciencia, esa que siempre me pesará tanto cuanto pueda yo, humilde pecador mortal, soportar.

He venido a contarte que estoy enamorada de vos… y de él, y del otro también. Que le digo otro, no porque sea menos importante, sino por acomodarle a mi lista que no es tan lista, de semejantes vergüenzas que paso por sincera.

Y que se me atrofia el alma cuando pienso en lo incorrecta que he sido y lo mucho que he disfrutado zambulléndome en mi propia miseria lubricada, como abrazando la muerte y besando tiernamente su frente, para demostrarle lo mucho que le amo.

… Como pecando por pecar…

Por provocar al viento para que me explique de una jodida vez ¿qué putas es el bien? Que tano mal me hace…

Y ese dulce mal… dulce, dulce mal… que me hace tanto bien. Tan bien.

Por lo menos he llegado a sentirme menos sola, menos loba de estepa. Al lado de mis perros amigos, perros callejeros, ladrando con esta perra.

¡Me encanta la verdad! Con limón y sal pa’que duela más. Para que arda como el infierno, que es más fácil y sensato que buscar, incansablemente, llegar a ese reglamentado, condicionado y godo cielo.

¡La verdad sin anestesia y sin compasión, que de lástima no vive el hombre, señores! El hombre se hace fuerte cuanto más le duele… y semejante dolor solo puede venir de la sensual verdad.

¿Qué cuál? ¡Cualquiera!...

… Que no somos nada, por ejemplo, que hemos de morir, que tu esposa te ha sido infiel, que tu mejor amigo está enamorado de ti, que tienes la cabeza llena de basura, que sos feo, que el tiempo no para, que el mundo se acaba, que el hombre es corrupto, que sos adoptado, que tu padre te detesta, que sos realmente imbécil y patético, que no existe el niño dios ni las cosas gratis, que no hay trabajo pero sí hambre, que la religión es un negocio que no salva, que tu ídolo es un idiota, que amanece así no querás, que toca seguir caminando sobre la misma mierda…

…Verdad… verdad…

Esa noche, que dije tantas mentiras juntas, que caí más bajo que hondo, que conocí el inframundo… esa noche bonita de besos y estrellas, esa misma noche que revolqué mis desechos tóxicos con las tetas salivadas al viento, esa, justo esa, es la única que he guardado para mí, como la más contundente prueba de cuánto asco puedo causarme… de cuánto he llegado a amarme.

1 comentarios:

elly.catro dijo...

Que puedo decir, realmente hermoso y podrido de realidad