lunes, 19 de septiembre de 2011

En tiempos de lluvia...



Luego de una larga temporada en el infierno, sección 17, pabellón del desespero. Después de haber caminado sobre la inercia y el dolor, incluso en contra del acto mismo, con sed... abundante sed.. Después de sostener cuál Atlas todo el peso ke implica ser y no ceder a la debilidad del carácter y la auto-victimización.
En el ojo del fango huracanado, con la cara y el alma sucias, me poso sobre una piedrita y no pienso.

En frente un viejo marcado por avenidas de arrugas ke surcan su hermoso rostro, agacha su torpe figura y me mira.

Yo lo observo, está ebrio y lleva consigo un buso café roído y una botella de media que contiene Norteño.
Fijo a los ojos de este despojo sobre una roca, con gesto tierno y sonrisa amable:

-Niña, ¿por lo menos escampó, no?- Como si hubiese adivinado.


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