sábado, 4 de julio de 2009

Diplomacia

¿Para qué un saco de arena si tengo estas palabras? No necesito ni grandes guantes rojos, ni su cara, ni su nariz al frente. No preciso de lonas, ni bandas ni un juez, si tengo estas manos para escribir. No tengo que fruncir el ceño, ni gritar desde el estómago hasta el firmamento. Le cuento que hoy no necesita verme para sentirme, sabe de qué hablo, del malamor, del olvido, del odio, la impotencia y el dolor.
Señor: quiero que esté atento a estas palabras, con las cuales me evito las acciones de hecho.
No me interesa manchar mis manos con sangre cultivada en egoísmo y una piel vendida al peor de los postores, cada noche, en su desesperado intento por buscar amores furtivos en vez de besos reales, hologramas sexuales, de placeres momentáneos, ¿qué sabe ud del amor y el placer? ¿Cuántos orgasmos ha sentido aferrado a una espalda que suda un sentimiento y no las ansias instintivas animales o tal vez las ganas de dinero?
Esta noche no me interesa nada más que destruirlo, y quiero que sepa de una vez por todas que será un hombre hecho pedazos, por culpa de estos pedazos hechos mujer.
Reciba usted este momento como un halago; no todas las noches un despojo de mujer con talento para herir, se sienta a escribir bajo el don de una musa con nombre propio, y no todas las noches, alguien lo está odiando tanto como yo, debe ser porque es importante de cierta forma.
Ya lo puedo empezar a respetar, nada va a volver a ser lo que fue, la gente no cambia, ud tampoco ha de cambiar, será el mismo tonto disfrazado de cruel para espantar cualquier ánimo de cariño que se acerque a su insípida figura que, no le miento, tantas noches de mi vida me sació.
¿Cree ud que esta mujer no tiene derecho a ejercer su libertad de hacerle daño? Claro que sí! Pero no me mal interprete, no quiero que le duela tanto como me ha dolido a mí, soy menos vil que ud, pero eso sí, más inteligente, no por intelectual, sino porque sé cuidar lo que tiene real valor en este desaborido mundo. Señor le digo, porque esta es mi diplomática ofensa, porque quiero conservar la cordura a pesar de las desesperantes punzadas del dolor toráxico.
Recuerdo que alguna vez le dije al oído que nunca nunca lo dejaría, pues bien, véame aquí, tratando de inmortalizarme en su mente, así sea por medio de mis improperiosas palabras, que salen de mis manos totalmente conscientes, con ánimo de depredar su alma y dejarla como piel de cordero en garras de lobo.
Gracias a ud conocí que el mundo, que para mí era malo, podía tener cosas peores, y le agradezco la crudeza con la que me abismó al olvido, me ha hecho ud fuerte y valerosa. Siempre me pregunté ¿cómo podía sentirse perverso, siendo tan simple, torpe y vulgar? Si al lado mío no fue más que el destellito pálido y delgado, que de mi resplandor pegaba en su cara, si acaso llegó a ser mi sombra, gris y sin sentido, siempre detrás de mí, o bajo mi luz y lo peor es que ud sabe que no miento, no es alardeo, nunca fui tan pedante como ud ante un espejo, solo me reconozco hoy ante su figura como esas última palabras que salieron de su boca hacia mi pecho: “Lo lamento, ud es mucho para mí”, aunque a veces sigo convencida, que aunque pueda ser verdad, fue ud muy ágil para encontrar este buen pretexto.
No le voy a advertir de lo que se ha perdido, pues creo que hoy quién más ha perdido soy yo, invertí más que ud en este episodio tonto de comedia setentera, con muy malos efectos de luz y edición, y chistes flojos de set hechizo.
Quiero cerrar este episodio con esta buena bofetada literaria, en su cara, contra ud. Por medio de la presente y con todas aquellas fuerzas que recogí después de haberle levantado mi cabeza para decirle lo mucho que lo desprecio, he decidido hoy respetarlo como a nadie, por haber sido el mejor de mis rivales, teatrero y buen actor, como solo ud sabe hacerlo, tan real y creíble, como la noche que decidí serle infiel de la forma más descarada, bajo el pretexto de una venganza, infructuosa por cierto, porque esos labios, que aquella noche ud besó, como todas las noches, estaban untados de otra humedad, pero ud nunca lo supo.

2 comentarios:

Mujer Rastrillo! dijo...

Yo en serio no puedo con este blog, es demasiado para mí, todo es como verdad, todo es como tan bien dicho, tan sincero...tan genial!
Parc no se quien sos, al principio no sabía siquiera si eras hombre o mujer (ya si), pero pues gracias por compartir tanto, por que a lo mejor sólo leyéndote sé mas de vos que muchos que te conocen!
Felicitaciones en serio! Tu blog es sublime!

VOZ QUE GRITA EN SILENCIO dijo...

Este blog servio de insipración para dejar salir la "VOZ QUE GRITA EN SILENCIO"....
para dejar rodar palabras que salen... Nada es tan urgente, nada tan importante, nada merece mas la pena que el instante que tenemos delante y el siguiente y la oportunidad de hacerlo diferente...de decir lo que se sinte....
Parce es una nota que las plabras...tengan el poder de cambiar mentes!!!!....mas que sublime...REAL...