domingo, 2 de octubre de 2011

Condenados

A todos los que ha asesinado en vida el sistema y sus estúpidos métodos de reformación.

Detrás del metal no hay nada.

No hay fe que pese, ni esperanza que engañe la agonía, ni vis a vis ke cure la soledad extrema de las ansias perdidas.
No hay droga, no hay pasta, no hay amigos, no hay paz.
No hay hambre ke pueda ser saciada, no hay noche que no duela, no hay días, no hay tiempo.
No hay un porqué, no hay una causa, no hay metas, ni sueños, ni pesadillas más ke despertar y saberse vivo y muerto.

No existe el amor ni el aire, no hay calma ni caos, no pasa nada: ni el Estado, ni la patria, ni dios.

No hay dignidad, no hay lógica, no hay humanidad.

Detrás del metal sólo kedan restos de hombres... que tal vez respiran.

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